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sábado, 3 de dezembro de 2016

La guerra racial, el capitalismo y la ideología

Hace unos meses, analizando el ascenso de Trump, Franco Bifo Berardi apuntaba que el causante de ello era el mismo truco que una vez usó Hitler [las comparaciones entre ambos son erróneas, pero la similitud en cuestión, correcta] ( Verso blog, 3/6/16). A los alemanes empobrecidos y humillados por la agresión financiera anglofrancesa posguerra (las reparaciones) Hitler les dijo: “¡no sois ‘trabajadores-perdedores’ [explotados/desempleados]; sois ‘arios-ganadores’!” Este cambio de autopercepción y sustitución de la solidaridad gremial (socialismo/comunismo) por la particularidad racial (nacionalsocialismo) es la misma táctica que hoy –en tiempos de la política identitaria– usan Trump y la extrema derecha en Europa. A la gente empobrecida y humillada por la agresión financiera multinacional poscrisis (la austeridad) y las décadas del neoliberalismo le dicen: “no sois trabajadores derrotados, sois ‘raza blanca’ que se levantará de sus rodillas”.

2. También para Zygmunt Bauman, el secreto de la victoria de Trump –que en su momento descartaba Bifo...– estaba en casar la política identitaria con la “ansiedad (angst) económica” que consumía a lo que queda de la clase trabajadora y media –condensando incluso todos los aspectos de su inseguridad existencial–, ofreciéndoles un arreglo rápido a su sufrimiento: la expulsión de los –étnicamente diversos– migrantes (l‘Espresso, 11/11/16).

3. Del mismo modo que Mike Davis llamó a resistir la tentación de sobreinterpretar la llegada de Trump como el 18 de brumario o el 1933 [norte]americano y mirar a EU y las cifras de estas elecciones (The Jacobin, 16/11/16), Vijay Prashad trazó las raíces del lema Make America great again –con su inherente racismo: hoy el país sufre, y florecía cuando los blancos estaban en control– a la política estadunidense: casando la retórica de Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión de los 30, que prometía dar la voz a los olvidados, con la de R. Nixon, que tras los disturbios raciales de 1968 hablaba de una mayoría silenciosa –los blancos que lamentaban el fin formal del racismo (¡sic!)–, Trump pintó la imagen de un olvidado alienado económicamente y racialmente dirigiendo el resentimiento por el carril cultural contra los migrantes y minorías étnicas responsables por la desaparición de los empleos (Alternet, 9/11/16).

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