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segunda-feira, 5 de dezembro de 2016

La trampa Trump

Nadie lo vio venir, nadie lo tomó en serio, razones sobran para vilipendiar a un personaje de ese calibre. Las lecturas que primaron estuvieron recostadas sobre su perfil xenófobo, misógino y filántropo, toda una canasta de características que dieron para las más diversas especulaciones. Así lo analizaron los medios, esa fue la profundidad máxima escogida por los grandes medios para pensar la realidad norteamericana. Una mirada recortada que ocultó o dificultó ver un fenómeno asociado a cierta desconexión en la representación política de los deseos y expectativas de millones de trabajadores en EEUU.
Podría decirse que Donald Trump es síntoma. Es la puesta de un grito incómodo al interior del sistema político estadounidense, donde condensa, por sobre todas las cosas los efectos nocivos que produjo la fase de desarrollo del capitalismo iniciado en los 80 con el acuerdo entre Margaret Thatcher y Ronald Reagan.
Hubo una época dorada del capitalismo desde finales de la Segunda Guerra hasta finales de los años 60, donde la economía mundial creció y particularmente los trabajadores del norte disfrutaron las mieles del capitalismo en clave de Estado Benefactor. Esto terminó abruptamente para el año 1973 y de esta forma cerro un ciclo de expansión del capitalismo. Diríamos que el shock petrolero de 1973, representó un golpe fulminante para las economías centrales. Este hecho se desarrollo sobre una tendencia que para ese momento ya estaba consolidada: la caída de la Tasa de Crecimiento del PBI mundial.
Esta caída contó con múltiples factores, entre ellos los altos impuestos; las conquistas sociales obtenidas durantes los 30 años de la economía de posguerra y Guerra Fría empezaron a pesar en el balance de las empresas; los desordenes monetarios, la caída de la tasa de ganancia de los empresarios, la desaceleración del circuito de endeudamiento y consumo privado, el incremento de la capacidad productiva ociosa. Así las economías centrales ingresan en la famosa “estanflación”; a partir de allí la tasa de crecimiento económico mundial fue cayendo tendencialmente hasta la actualidad, con una re caída importante luego de la crisis de las hipotecas en 2007.

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