El uso del fútbol y el deporte en general como arma de propaganda para blanquear a dictadores y dictaduras es casi tan antiguo como el deporte mismo.
La Olimpiada de Berlín el año 1936 y el Mundial de Fútbol de Argentina 1978 son posiblemente los casos más conocidos, emblemáticos y patentes del uso del deporte como mecanismo y arma para tapar las deficiencias democráticas y los abusos que cometían en su momento el fascismo Hitleriano y la dictadura militar argentina.
Tanto la Olimpiada de Berlín como el Mundial de Argentina constituyeron actos de manual de manipulación y la mejor manera de aprovechar un evento para desviar la atención y tapar los problemas reales de un pueblo.
Estos días estamos asistiendo a una situación similar con los éxitos de la selección marroquí en el Mundial de Fútbol de Qatar.
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