El domingo pasado el parlamento iraní aprobó el proyecto de ley que 
define su integración como miembro pleno a la Organización de 
Cooperación de Shanghái (OCS). Con este movimiento, la república 
islámica da el paso definitivo que anhela dar pronto Bielorrusia, le 
moja la oreja a la OTAN y, particularmente a Estados Unidos, país con el
 que el conflicto escala de manera sostenida a fuerza de «sanciones» 
-medidas coercitivas unilaterales- económicas, exclusiones financieras y
 bloqueos, pero también operaciones militares, como el asesinato del 
alto mando militar iraní en Irak, Qasem Soleimani, por parte de Estados 
Unidos a comienzos del 2020.
 
 Por su parte, la OCS suma un nuevo
 país, de cuatro que ya tiene, con capacidad nuclear, además de ser 
productor de petróleo y tener el control del Estrecho de Ormuz, uno de 
los pasos marítimos de mayor importancia estratégica del mundo. El canal
 conecta a los productores de petróleo de Medio Oriente con mercados 
clave en Asia Pacífico, Europa y América del Norte. Se estima que una 
quinta parte de las exportaciones mundiales de petróleo pasan por allí: 
entre 17 y 19 millones de barriles por día, aproximadamente.
Footprints - Praia do Castelejo, Vila do Bispo, Algarve
quarta-feira, 14 de dezembro de 2022
Punto para Oriente: Irán ingresa a la Organización de Cooperación de Shanghái
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