Footprints - Praia do Castelejo, Vila do Bispo, Algarve

sábado, 10 de outubro de 2020

Falsas independencias

 

La Casa Blanca, viernes 4 de septiembre de 2020. La escena dura menos de un minuto (1). Donald Trump preside tras un enorme escritorio atestado de dorados y teléfonos entre dos pequeñas mesas desnudas que se podrían tomar por pupitres de escolar.

Detrás de uno de ellos, el presidente serbio Aleksandar Vucic; detrás del otro, el primer ministro kosovar Avdullah Hoti. Trump interpreta sin delicadeza el papel de pacificador. Ostensiblemente satisfecho, acaba de obligar a dos países que se hacen la guerra a ponerse de acuerdo en una región que hasta el momento era zona de influencia de la Unión Europea. Está más contento si cabe de su jugada –hasta el punto de considerar que merece el Premio Nobel de la Paz– porque hace algo más de veinte años fue una Administración demócrata, la de William (“Bill”) Clinton, la que bombardeó la antigua Yugoslavia.

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