Es cada vez más evidente que el modelo de desarrollo que protagonizó el milagro económico chino está llegando a su fin. China no puede seguir dependiendo de un modelo productivo anclado en las exportaciones si quiere aspirar a convertirse en una economía desarrollada. El sistema está cayendo por su propio peso, y con la progresiva pero imparable tendencia al alza de los salarios, China es un destino cada vez menos atractivo para la producción de manufacturas de bajo valor añadido. Toca reinventarse o morir.
Sem comentários:
Enviar um comentário