Gracias a la mediación del gobierno ruso Azerbaiyán y Armenia acordaron un alto al fuego humanitario, que entró en vigor a partir del mediodía del sábado 10 de octubre. Una buena noticia para una región que lo necesita.
Sin embargo, a pesar de lo positivo, el análisis internacional tiene la responsabilidad de comentar, dar a conocer y profundizar el porqué se llegó a un enfrentamiento entre países vecinos. Azerbaiyán y Armenia se enfrascaron en combates en una región donde se conjugan distintos elementos de análisis: geopolíticos, riquezas energéticas, influencias de potencias occidentales con empresas petroleras y gasíferas, sin poseer ninguno de esos recursos, pero deseosas de controlar una región “bisagra” y sobre todo influir sobre la cadena de reservas, explotación, distribución y comercialización de gas y petróleo de la zona del Cáucaso sur.
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