Footprints - Praia do Castelejo, Vila do Bispo, Algarve

terça-feira, 17 de fevereiro de 2015

Grecia desde Argentina

En los últimos años han sido muy frecuentes las comparaciones de la crisis griega con el colapso argentino del 2001. Numerosos analistas destacaron las semejanzas en el nivel del endeudamiento, el deterioro económico o el desplome político [2].
Este contrapunto se ha diluido en la nueva coyuntura creada por el triunfo de la coalición de izquierda Syriza. Las diferencias actuales con el antecedente argentino son muy significativas.
En la esfera productiva el derrumbe de la economía helena supera ampliamente lo ocurrido en el Cono Sur. Desde el 2009 Grecia soporta una continuada depresión que desmoronó su PBI en un 26%. El desempleo promedio trepó al 27 % y supera el 50% en las franjas juveniles. Las jubilaciones y pensiones fueron brutalmente reducidas y la pobreza afecta al 40% de la población infantil [3].
El desmoronamiento que Argentina padeció en la acotada coyuntura del 2001-02 se ha extendido en Grecia a lo largo de seis años. También la deuda helena ha trepado por encima de su equivalente latinoamericano. Saltó del 100% (2008) al 174% (2014) del PBI.
Pero la principal diferencia entre ambos casos radica en la transferencia del pasivo griego a los estados de la Unión Europea. Los bancos acreedores -especialmente alemanes y franceses- utilizaron las dos reestructuraciones de la deuda para desprenderse de esa carga.
En la actualidad el 60% de la deuda griega está en manos de una agencia estatal-financiera del Viejo Continente (FEFF), otro 10% es manejado por el FMI y el 6% restante es administrado por el Banco Central Europeo. La estatización se consumó a través de una operación fraudulenta. Los títulos fueron cotizados a precios elevados e intercambiados con grandes auxilios crediticios.
Mientras que Argentina negoció sus canjes con múltiples acreedores privados (2005), Grecia tramita su deuda con la jefatura de la Unión Europea. Este manejo asume un carácter político muy distinto a la operación económica que concretó el país sudamericano.
En la esfera institucional las diferencias son también muy marcadas. En ambos casos la estructura tradicional de partidos, legisladores y funcionarios fue deglutida por la crisis. El bipartidismo heleno de socialdemócratas y conservadores (PASOK-Nueva Democracia) quedó tan incinerado, como el justicialismo menemista y la UCR de Argentina.
Este último desplome arrastró a todo el régimen vigente. El presidente De la Rúa fue eyectado de la Casa Gobierno y cinco mandatarios gobernaron durante pocas semanas. Una ruptura de esa envergadura no se consumó hasta ahora en Grecia.

Sem comentários:

Enviar um comentário