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quinta-feira, 5 de fevereiro de 2015

La deuda: ¿qué estrategias podemos desarrollar en Europa?

Éric Toussaint, portavoz del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo y doctor en Ciencias Políticas, hizo una introducción sobre las experiencias de reestructuración, auditoría, suspensión de pagos y anulación de deudas en las últimas décadas.
Sin extenderse sobre los detalles de esas experiencias, compiladas en una entrevista disponible en la web del CADTM (ver http://cadtm.org/Reestructuracion-auditoria) se expusieron ejemplos de:
  • 1.- Reestructuraciones con condiciones favorables a los países deudores por razones geopolíticas (Alemania occidental en 1957, Polonia con gobierno de Lech Walesa en 1991, Egipto con gobierno de Mubarak en 1991, e Iraq bajo dominio estadounidense en 2004).
  • 2.- Una excepción en la que una reestructuración fue aprovechada, por error, por un gobierno alternativo (Bolivia en 2005).
  • 3.- Suspensiones unilaterales de pago de la deuda, seguidas de negociaciones, como en el caso de Argentina, o sin negociaciones, como en el caso de Ecuador.
Una enorme mayoría de reestructuraciones (hubo 600 entre 1950 y 2010) resultaron desfavorables a las economías y a los pueblos de los países afectados. Éric Toussaint muestra que la reestructuración constituye una expresión y un mecanismo forjados por los acreedores. Considera que vale más no escoger la reestructuración como solución ya que es un terreno minado por los acreedores, que lo balizaron a su favor.
Éric Toussaint terminó el relato histórico, particularmente interesante, con el caso de la reestructuración griega realizada en 2012, bajo el único interés de los acreedores. Esa operación recuerda dramáticamente la experiencia de las reestructuraciones de las deudas del Tercer Mundo. Hay que sacar conclusiones de esa experiencia reciente para el gobierno griego dirigido por Syriza, que acaba de constituirse.
En el escenario actual, los acreedores públicos —que tanto en el caso de Grecia o como en el de Portugal y en otros países sometidos a un memorándum, son los principales acreedores— no tienen la voluntad de adoptar la actitud que tuvieron, aunque los tiempos no son comparables, ante el trato de favor otorgado a la Alemania occidental de la posguerra. «Varios partidos de la izquierda radical (como Podemos, Syriza y el Bloco de Esquerda) proponen ahora una reestructuración y declaran que “quieren negociar con los acreedores”. El debate no es tanto sobre la actitud de apertura o no a una negociación, sino sobre si esa negociación puede acabar en un resultado realmente positivo para el país y el pueblo. Sin suspensión de pagos, sin auditoría, sin otras acciones soberanas de desobediencia a los acreedores, no vemos muy bien cómo una negociación puede dar un buen resultado. Y, de todas maneras, puede ser que sea necesario actuar con la máxima energía si la negociación no se consigue o no acaba favorablemente.»

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