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sexta-feira, 26 de junho de 2015

Los diktats de las instituciones exigen un "no"

Desde hace semanas, casi a diario, los grandes medios de comunicación informan que: "El gobierno griego de Alexis Tsipras es hasta tal punto intransigente que la Unión Europea, el BCE y el FMI no pueden desbloquear la ayuda de 7,2 mil millones de euros que vence el 30 de junio" . Una "información" que cuenta justo lo contrario de lo que pasa. No es más que propaganda. Estas tres instituciones, que representan el poder de las clases dominantes en Europa y más allá -como el FMI- quieren infligir una derrota al gobierno de Syriza; un gobierno elegido el 25 de enero y que, desde entonces, es la expresión de una opción democrática del pueblo griego, según los parámetros "tradicionales" que utilizan sin cesar los media.
A nivel europeo, los sectores dominantes (sean sus representantes políticos de derecha o de la llamada izquierda (François Hollande ou Matteo Renzi) y las instituciones financieras y la patronal- quiere demostrar la imposibilidad de poder desarrollar una política anti-austeridad a favor de la mayoría de la población. Es por eso que no retroceden ni un milímetro en las negociaciones. El 14 de junio, los representantes de los acreedores recibieron durante 45 minutos (!) a los representantes del gobierno griego. Su mensaje fue simple: o aceptáis todo o no habrá ningún acuerdo.
Estos últimos días, las imágenes de los griegos delante de los bancos para retirar fondos en los cuatro bancos más importantes de Grecia, se han convertido en el símbolo del pánico bancario. Sin embargo, las retiradas masivas de fondo comenzaron antes, el año 2010, con el primer plan de austeridad. Las realizaron las grandes fortunas que desplazaron su dinero a paraísos fiscales como Suiza. Ahora mismo, quienes se ven obligados a retirar dinero son las pequeñas y medianas empresas que se ven en la necesidad de pagar al contado a sus proveedores.
El discurso oficial europeo (el plan Juncker en torno a las cuotas de repartición de los solicitantes de asilo) centra la atención sobre la situación italiana; sin embargo, hay un silencia casi absoluto sobre las necesidades de Grecia para responder a las llegada masiva de refugiados…, cuando miles de jóvenes cualificados griegos se ven obligados a emigrar para trabajar en los hospitales suizos o alemanes, etc. O sea, cientos de millones gastados por el Estado griego (y sus contribuyentes) para su formación que no se consideran una deuda hacia este país.

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