Los últimos videos que han salido del campamento de Rukban para sirios
internamente desplazados, en el extremo nororiental de la frontera entre
Jordania y Siria, provocan escalofríos. Los pasados días han sido
testigos de lluvias torrenciales y tormentas de granizo que inundan los pasajes vacíos entre las desgastadas tiendas de campaña y chozas de adobe. Tormentas de arena con fuerza de vendaval
que convierten el aire en una sopa de color amarillo rojizo y juegan
con los jirones de las tiendas de campaña, echando abajo como les place
los escombros de paredes improvisadas; personas con la ropa sucia de
fango y arena que intentan en vano reparar lo que pueden, implorando al
mundo que los ayude o los saque de este lugar aterrador en el que han
quedado atrapados.
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