Durante todo el mes pasado, mientras gobiernos y medios informativos
se mostraban conmocionados y consternados por el asesinato del
periodista saudí Jamal Khashoggi, en Israel apenas se hablaba del tema.
El columnista israelí Ben Caspit escribió que la jefatura de su país
evitaba el tema “como a una plaga”.
Da la impresión de que ningún
político israelí quiere hacer comentario alguno por miedo a ofender a
la última figura glamurosa del país saudí, el príncipe heredero Mohamed
bin Salman. Según muchos analistas, la orden de asesinar a alguien tan
prominente como Khashoggi tendría que haber sido dada por el propio bin
Salman.
Sem comentários:
Enviar um comentário