El 1 de noviembre se cumplían 30 años desde que apareciese el
primer migrante muerto en las playas andaluzas resultado del primer
naufragio de una patera del que tenemos constancia, en el que murieron
18 personas. Pese a ello, pareciera que seguimos siendo incapaces de
recibir a estas personas como a seres humanos, como a náufragos, una
categoría que aparentemente sigue limitada a las personas blancas y de
países ricos. Las personas negras y magrebíes son inmigrantes, son
números, son ‘estos’ que ya ni siquiera saben dónde colocar. ¿Serían
recibidos así si fuesen europeos, si fuesen blancos?
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