El funeral de los ocho miembros de la familia asesinados en Gaza, el día anterior en Deir al-Balah Foto: AFP
La mayoría de los medios de comunicación del país (a excepción de Haaretz)
no mencionaron este caso ni se refirieron a él como noticias marginales
como la del tercer nacimiento de Lihia Griner. Pero, hace unos días las
bombas de la fuerza aérea israelí bombardearon una casucha de la Franja
de Gaza, destruyéndola, donde se encontraba, según el portavoz del
ejército inicialmente, un “dirigente de la Jihad islámica de alto
nivel". Luego se cambió el sentido del comunicado diciendo que la
casucha servía de “almacén de armas de Hamás”. En la realidad es el
hogar de la familia A-Swarkah, pastores de Gaza, y murieron sus padres y
seis niños en el ataque. El portavoz de nuestro buen y más moral
ejército del mundo, que sobresale por la "alta calidad" de sus
investigaciones y por la exactitud de sus disparos, con la "calidad" de
inteligencia y los misiles tan precisos como para acertar a los pelos
del trasero de un terrorista.
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