Richard Nixon, vicepresidente de Dwight Eisenhower, se ofreció para
supervisar los preparativos de invasión a la Cuba revolucionaria. Era
marzo de 1960. Allen Dulles, jefe de la CIA, sería su segundo. John
Foster, hermano de Allen y jefe del Departamento de Estado, no podía
faltar.
Además de ser pesos pesados, tenían el prestigio de haber derrocado
en Guatemala al gobierno demócrata de Jacobo Arbenz, en junio de 1954.
Ahí, bajo responsabilidad de CIA, se había utilizado por primera vez la
«Guerra Integral»: acciones psicológicas de propaganda (creando emisoras
y pagando a los principales medios para que se propagaran mentiras que
infundieran miedo, como la llegada del comunismo perverso y ateo); el
cerco diplomático (apoyándose en la OEA y la ONU); y el saboteo
económico (nadie podía venderle ni comprarle).
Sem comentários:
Enviar um comentário