Ni libertad, ni impunidad. Aún a pesar del COVID-19, los condenados
por graves violaciones de derechos humanos, genocidio, crímenes de lesa
humanidad o de guerra deben cumplir sus condenas en prisión. Las medidas
urgentes de protección -a causa de la pandemia- en cárceles
superpobladas, no deben conducir a la impunidad de las personas
condenadas en diversos países por graves violaciones de los derechos
humanos.
Así
lo establece la recomendación del abogado y jurista Fabián
Salvioli, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la
promoción de verdad, la justicia, la reparación y las garantías de
no repetición, hecha pública el último miércoles de abril.
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