Fonte: Rebelión
La frustrada incursión de un grupo de mercenarios
pretendiendo desembarcar en las costas de Macuto, estado de La Guaira,
es la enésima prueba de que Estados Unidos, es un “estado canalla”; es
decir, un país que viola sistemáticamente la legalidad internacional y
al hacerlo pone en peligro la paz mundial.
La
tentativa de la madrugada del pasado domingo confirma que la Casa Blanca
persiste en su criminal actitud de mantener el bloqueo e intentar por
cualquier medio derrocar a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
E insiste en esta actitud en medio del desastre que la pandemia está
produciendo en su país (69.000 muertos y más de 30 millones de
desempleados). Imperturbable ante el caos, Trump tiene tiempo para
ordenar que una banda de mercenarios ponga en marcha su criminal
“licitación para una invasión tercerizada” tal como fuera formalmente
anunciada por el bandolero neoyorquino.[1] El
objetivo de este primer ataque fue testear la capacidad de respuesta de
la FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana), su cohesión frente a los
invasores y su eventual vulnerabilidad ante la tentación que despierta
entre malhechores de todo tipo la millonaria recompensa ofrecida por
Washington. A no confundirse: lo ocurrido en Macuto no es un incidente
aislado sino un engranaje de un plan meticulosamente concebido y cuyo
desenlace final, en la afiebrada alucinación de quienes lo pergeñaron,
es el secuestro o el asesinato del presidente Nicolás Maduro y la
concreción del tan ansiado como elusivo “cambio de régimen.”
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