Liberar, término con connotaciones optimistas que no se corresponden con
la realidad del final de los campos de concentración
nacionalsocialistas, alejada de cualquier imagen épica. En una Europa
sumergida en el caos, con signos de muerte y destrucción por todas
partes, fueron liberadas unas 700.000 personas de los campos, que
formaban parte de los más de 11 millones sin casa, desplazados,
trabajadores forzados, prisioneros de guerra…, ubicados de forma
temporal en instalaciones militares, estaciones ferroviarias, escuelas y
castillos, pero también en antiguos campos de concentración.
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