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segunda-feira, 4 de julho de 2016

Israel utiliza el agua como arma de guerra



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Comunidades enteras en Cisjordania no tienen acceso al agua o han visto reducido  su suministro casi a la mitad.
Este hecho alarmante ha tenido lugar durante semanas, ya que la compañía nacional de agua de Israel, "Mekorot", decidió cortar -o reducir significativamente- el suministro de agua a Yenín, Salfit y pueblos de los alrededores de Nablús, entre otras regiones.
Israel ha estado "librando una guerra del agua" contra los palestinos, según el primer ministro de la Autoridad Palestina Rami Hamdallah. La ironía es que el agua proporcionada por "Mekorot" en realidad es el agua de los palestinos usurpada de los acuíferos de Cisjordania. Mientras los israelíes, incluidos los de los asentamientos ilegales de Cisjordania, utilizan la gran mayoría de ella, a los palestinos les venden su propia agua a precios elevados.
Al cortar el suministro de agua al tiempo que los funcionarios israelíes están planeando exportar agua esencialmente palestina, Israel una vez más utiliza el agua como una forma de castigo colectivo.
Esto no es nada nuevo. Todavía recuerdo la inquietud en las voces de mis padres cada vez que temían que la fuente de suministro de agua estaba llegando a un nivel peligrosamente bajo. Era casi una discusión diaria en el hogar.
Cuando se producían enfrentamientos entre los niños que arrojaban piedras y el ejército israelí en las afueras del campo de refugiados, siempre, por instinto, mis padres se apresuraban a llenar los pocos cubos de agua y botellas que estaban esparcidos por toda la casa.
Este fue el caso durante la Primera Intifada palestina, o levantamiento, que entró en erupción en 1987 en todos los Territorios Palestinos Ocupados.
Siempre que se producían enfrentamientos, una de las primeras acciones llevadas a cabo por la Administración Civil de Israel -un título menos que nefasto para las oficinas del ejército de ocupación israelí- era castigar colectivamente a toda la población porque el campo de refugiados se había rebelado.
Los pasos que el ejército israelí tomaba se volvieron redundantes, aunque se hicieron más vengativos con el tiempo: un estricto toque de queda militar (lo que significa el cierre de toda la zona y el confinamiento de todos los residentes en sus hogares bajo la amenaza de muerte), corte de la electricidad y corte del suministro de agua.
Por supuesto estos pasos se tomaron solo en la primera etapa del castigo colectivo, pero perduraba durante días o semanas, a veces incluso meses, arrastrando a algunos campos de refugiados hasta el punto de morir de inanición.

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