Desde hace 20 años las diferentes administraciones estadounidenses
han atacado desde todos los ángulos posibles a la Revolución Bolivariana
para intentar adueñarse de sus inmensas riquezas petroleras, gasíferas y
mineras pero hasta el momento todos sus intentos han sido fallidos.
Para el presidente Donald Trump y todo su equipo ultraderechista, esa
verdadera democracia en América Latina no puede sobrevivir en la región
porque es un mal ejemplo para algunos gobiernos que aún acatan
dócilmente las directrices de Estados Unidos.
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