Las superpotencias 
acostumbran a justificar por motivos humanitarios una injerencia 
extranjera o una intervención militar . Lo suelen hacer con distintas 
palabras, pero siempre se resumen en las siguientes: nos vemos obligados
 a intervenir preocupados por la población local. En Iraq se iba a 
restablecer la democracia, en Libia había que salvar a la población de 
una masacre y en Siria estaban en juego los derechos humanos y la 
democracia. Después de la injerencia extranjera estos tres países están 
completamente destruidos o sumidos en un caos total. 
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