Las instituciones de la UE son, después de las de Washington, el
objetivo prioritario de los grupos de presión que defienden los
intereses del gobierno israelí. Su finalidad es reforzar la condición de
Israel como socio privilegiado y desacreditar todo apoyo a la causa
palestina.
“Por lo que respecta a las violaciones de derechos humanos, el lobby
israelí recibe un trato mucho más favorable que el de los
representantes de intereses de otros Estados”, afirma una fuente del
Parlamento Europeo. “Cuando Rusia incluyó a diputados europeos en una
lista negra y les prohibió el acceso a su territorio nacional, el
presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, restringió
inmediatamente el acceso de los diplomáticos rusos a la institución.
Israel, por su parte, no tiene reparos en poner en su lista negra a los
parlamentarios europeos que defienden los derechos de los palestinos:
desde 2011, con muy pocas excepciones, ha prohibido a todos los
parlamentarios acceder a la Franja de Gaza sin que ello haya
desencadenado jamás la más mínima contramedida por nuestra parte”, añade
nuestro contacto.
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