El lunes 28 de enero, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos
anunció que todos los bienes e intereses de PDVSA bajo jurisdicción del
país norteamericano habían sido “bloqueados”, y prohibía a las personas
estadounidenses realizar cualquier tipo de transacción con la empresa
venezolana (1). Agregó el secretario Steve Mnuchin que “si la gente de
Venezuela quiere seguir vendiéndonos petróleo”, solo lo aceptarían si
ese dinero va a “cuentas bloqueadas” que, eventualmente, pondrían a
disposición del “gobierno de transición” (2).
Según John Bolton, Asesor de Seguridad Nacional de la Administración Trump, y presente en la misma rueda de prensa, estas sanciones a PDVSA provocarían a Venezuela pérdidas estimadas en 11 mil millones de dólares en exportaciones en 2019, y el congelamiento de 7 mil millones de dólares en bienes.
Según John Bolton, Asesor de Seguridad Nacional de la Administración Trump, y presente en la misma rueda de prensa, estas sanciones a PDVSA provocarían a Venezuela pérdidas estimadas en 11 mil millones de dólares en exportaciones en 2019, y el congelamiento de 7 mil millones de dólares en bienes.
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