Dicen que el que mata a una persona es un asesino, el que mata miles
en la guerra es un héroe y si encima se viste de verde es Superman. En la Cumbre del imperialismo verde de Madrid 2019 no podía faltar Albert «Al» Gore, el promotor del negocio Big Green,
el vicepresidente del gobierno de Bill Clinton (1993-2001) y premio
Nobel de la Paz por su defensa del medio ambiente, el mismo galardón que
recibió Henry Kissinger por su pacifismo y sus esfuerzos por los
derechos humanos de los oprimidos.
Debido a que “borrar la
memoria histórica” de los ciudadanos es imprescindible para que el
actual sistema siga funcionando con tranquilidad, es también
imprescindible desempolvar los dos aspectos del perverso historial del
Héroe Verde para quienes pretendemos cambiarlo: 1) Como el hombre de
destrucción masiva bélica de Afganistán, Irak, Yugoslavia, Albania,
Sudán, Liberia, Haití y Congo, y 2) El falso ambientalista, fabricado
por el imperialismo verde, que con su fama protege la destrucción del
medioambiente a favor de sus propios negocios y de su clase. Se trata de
uno de los halcones más agresivos del Partido Demócrata, personaje
especialmente oportunista, que durante su carrera ha intentado con sus
discursos contradictorios ganar el voto de los ultraconservadores y
también de los progresistas y después utilizarlos para los intereses más
siniestros de EEUU en el mundo.
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