En el mundo entero están en marcha bruscas modificaciones climáticas que
alteran el paisaje urbano y rural, con sus trágicas consecuencias
sociales. Eso se evidencia con lo acontecido recientemente en la ciudad
italiana de Venecia, que soportó unas inundaciones que no se vivían
desde 1966. Aunque parezca ser un caso más, en apariencia aleatorio, de
la inestabilidad climática que ha generado el capitalismo realmente
existente, lo que sucede en Venecia es un anticipo de lo que se avecina,
y ante lo cual siempre se opta por la disonancia cognitiva de mirar
para otro lado, aunque ese otro lado esté cada vez más alterado
climáticamente hablando.
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