La impresionante huelga general del 5 de diciembre y la continuación
de las protestas contra la contrarreforma neoliberal del sistema de
pensiones se ha convertido en la tormenta perfecta del régimen Macron en
Francia. La convocatoria del sindicato CGT, a la que se han sumado FO y
SUD-Solidaires, así como sectores de la CFDT como los ferroviarios, ha
reagrupado y reavivado a las movilizaciones de los “chalecos amarillos” y
de los estudiantes que llevan meses en la calle. Esta simbiosis de
movilizaciones sectoriales con la aparición central de la clase obrera
organizada se ha convertido en una alternativa social al proyecto
neoliberal de Macron. Los cerca de 800.000 manifestantes en las calles
de Francia y la convocatoria de una nueva huelga general el día 10 de
diciembre abren una perspectiva que exige urgentemente una alternativa
política de izquierdas frente al régimen bonapartista de Macron. Esa
alternativa, desgraciadamente, no existe. Pero la unidad de acción de
los sindicatos y movimientos sociales en un frente único crea las
condiciones para su construcción. Seguiremos atentamente la evolución de
los acontecimientos franceses, en los estrechos márgenes en los que se
produce el choque de intereses sociales justo antes del inicio de una
nueva recesión en la Unión Europea.
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