En un vídeo compartido en las redes sociales esta semana, un equipo de los Cascos Azules sirios es llamado a una casa en la zona rural de Idlib, recientemente arrasada por bombardeos y fuego de artillería. Los rescatadores
comienzan a cavar hasta que finalmente pueden llegar hasta la familia
atrapada bajo los escombros de su propia casa derrumbada.
Mientras extraen al último de los niños envueltos en polvo, el camarógrafo de los Cascos Blancos
necesita un minuto para recuperarse al ver que han podido salvar a la
familia. Destrozado emocionalmente, se derrumba en el suelo y llora.
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desgarradores como estos han llenado las redes sociales sirias esta
[pasada] semana, ya que Idlib fue objeto de otra serie de bombardeos que
dejaron al menos 21 personas muertas solo el sábado.
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