Mirar la serie documental The Vietnam War –en total, dura 18
horas–, de Ken Burns y Lynn Novick, es una experiencia conmovedora. Es
imposible que quien la vea –ya sea que haya servido en las fuerzas
armadas de Estados Unidos durante el conflicto bélico, o que se haya
manifestado en la calle para acabar con esa guerra– no sea tocado por
este documental. Las escenas de combate son potentes, los relatos de los
veteranos estadounidenses y soldados vietnamitas que pelearon en ambos
lados son convincentes.
En términos humanos, el saldo de víctimas
mortales de la guerra es pasmoso. Cerca de 58.000 estadounidenses y
entre dos y tres millones de vietnamitas, muchos de ellos civiles,
murieron en el conflicto. El número de heridos es incalculable. Muchos
de los veteranos estadounidenses sufren estrés post-traumático (PTSD,
por sus siglas en inglés). Se han suicidado más veteranos de EEUU de la
guerra de Vietnam que los que han muerto en la guerra misma. Sin
embargo, estas cifras no bastan para contar toda la historia de la
guerra.
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