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sexta-feira, 30 de março de 2018

Julian Assange, refugiado político

El 28 de marzo el gobierno ecuatoriano confirmó que había incomunicado a Julian Assange, fundador de WikiLeaks, en represalia por un tuit. En dicho tuit, Assange había equiparado el arresto del presidente de Cataluña Carles Puigdemont, en Alemania y a pedido del gobierno español, con el arresto en 1940 del presidente catalán Lluís Companys por la Gestapo. Companys fue deportado a España y ejecutado por el gobierno fascista de Franco.

Según el gobierno ecuatoriano, Assange había acordado no interferir en asuntos de política exterior mientras estuviera en la embajada ecuatoriana en Londres. ¿Pero bajo qué punto de vista el tuit de un periodista representa “injerencia” en política extranjera? Argumentar que un tuit de Assange es injerencia en asuntos extranjeros equivale a negarle la libertad de expresión a uno de los periodistas y editores más destacados de la última década. Recordemos que WikiLeaks publicó en los últimos diez años más información secreta que todos los demás medios de prensa combinados sobre tratados comerciales, vigilancia masiva, ataques contra civiles, torturas y asesinatos cometidos por los gobiernos de EE.UU. y otros países en Irak, Afganistán, Yemen, Siria… Gran parte de las revelaciones fueron proporcionadas por denunciantes de conciencia, como Chelsea Manning, quienes pusieron en riesgo su vida y su libertad en defensa del derecho de la gente a estar informada, a saber la verdad.

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