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segunda-feira, 13 de julho de 2015

¿La traición de Tsipras?

Las propuestas expuestas por Alexis Tsipras y su gobierno en la noche del jueves [9 de julio] han causado estupor. En gran medida, aunque no del todo, retoman las propuestas formuladas por el Eurogrupo el 26 de junio. La percepción generalizada de la opinión internacional es que se trata de una “capitulación” del gobierno Tsipras. En este sentido, la muy positiva reacción de los mercados financieros este viernes por la mañana es una señal importante. 
Por otra parte, se sabe que las propuestas han sido en parte redactadas con la ayuda de altos funcionarios franceses, aunque esto ha sido desmentido por Bercy. Estas propuestas son el resultado de una fuerte presión ejercidas por Estados Unidos tanto sobre Grecia como sobre Alemania. En esta situación, Francia ha elegido deliberadamente el campo estadounidense y desdeñado el alemán. El gobierno francés no necesariamente ha cometido un error al optar por enfrentarse con Alemania en este asunto. Pero se ha comprometido en esta línea por razones esencialmente ideológicas. De hecho, lo que François Hollande quiere por sobre todas las cosas es “salvar el euro”. El riesgo que corre es comprobar muy rápidamente el precio pagado por esto y todo por un resultado que quizá no dure más que unos meses, ya que, esas propuestas, si debieran ser aceptadas no arreglan nada. 
Los términos de la prepuesta griega
Las propuestas son parecidas a las del Eurogrupo. Sin embargo se pueden notar ciertas diferencias con el texto del 26 de junio, sobre todo la voluntad de proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad griega: mantenimiento del IVA en el 7 por ciento para los productos básicos, exenciones para las islas más pobres, conservación hasta 2019 del sistema de ayuda a los jubilados más débiles. Efectivamente, desde este punto de vista, el gobierno griego no ha cedido. Además, el gobierno ha incluido en su plan las medidas de lucha contra el fraude fiscal y la corrupción que formaban parte del primer programa de Syriza. Pero es necesario reconocer que en los demás ítems se ha alineado ampliamente con las exigencias del Eurogrupo. ¿Hay que hablar entonces de capitulación como lo hacen algunos? La respuesta no es tan sencilla como parece.
En efecto, el gobierno griego insiste en tres puntos: una reestructuración de la deuda (a partir de 2022) que apunte a un aplazamiento en el tiempo de manera de hacerla viable, el acceso a 53.000 millones de euros en tres años y el desbloqueo de un plan de inversiones llamado “plan Juncker”. Solicitando que ese “plan” incluya sin recortes las sumas previstas –pero no abonadas– por la Unión Europea a título de fondos estructurales. Sobre todo, el gobierno griego insiste en un compromiso urgente con la apertura en octubre de negociaciones sobre la deuda. Ahora bien, recordemos que esta fue precisamente una de las cosas rechazadas por el Eurogrupo, lo que condujo a la ruptura de las negociaciones y a la decisión de convocar a un referéndum por parte de Alexis Tsipras.

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