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sexta-feira, 24 de julho de 2015

Srebrenica: un genocidio no reconocido


Smajevic Behara sonríe ante la tierra abierta. Está sentada frente a la fosa donde será enterrado su marido en unas horas, contenta de poder darle finalmente sepultura 20 años después de que fuera asesinado por el ejército serbobosnio en un pueblo cercano a Srebrenica, al nordeste de Bosnia. Le faltan los pies y algunos huesos de las manos, pero cree que no tiene sentido buscarlos, ya ha esperado demasiado tiempo. Su hija también está enterrada a su lado. A su hijo, aún no lo han encontrado. Este 11 de julio es para ella la manera de acabar con 20 largos años de desespero y también una forma de asumir la muerte de su marido. Ahora al menos sabrá donde está y podrá visitarle cuando quiera.Como ella, centenares de familias musulmanas enterraron el pasado 11 de julio en Potocari a las nuevas víctimas identificadas del genocidio de Srebrenica. El cementerio se ubica frente a la fábrica donde miles de personas se refugiaron en 1995 cuando el jefe del ejército serbobosnio, Ratko Mladic, dio la orden para atacar el municipio. Se calcula que más de 50.000 civiles de todo el país habían emigrado en los últimos años a Srebrenica después de que ésta fuese declarada zona segura por la ONU en el 93. Cuando se llevó a cabo la ofensiva, la localidad contaba supuestamente con la protección militar de los cascos azules holandeses. Sin embargo, 8.372 musulmanes según las fuentes oficiales y cerca de 10.500 según la organización de las Madres de Srebrenica murieron torturados y asesinados a sangre fría por el ejército serbobosnio con motivo de una supuesta ‘limpieza étnica’. Los cascos azules holandeses de las Naciones Unidas gestionaron la salida de muchas mujeres y niños hacia lugares seguros y también dirigieron al resto hacia lugares de donde nunca regresaron. Las principales víctimas de la masacre fueron hombres en su inmensa mayoría.
A lo largo de las últimas dos décadas, 6.377 personas han sido enterradas y 550 familias más han encontrado parte de los cuerpos de aquellos que perdieron pero han optado por no enterrarlos todavía, a la espera de hallar nuevos restos. 1.070 personas aún no han sido encontradas. Muchos piensan que la lista aún no está cerrada y que el número de muertos es aún mayor. Sin embargo, 20 años después de la sangrienta matanza de Srebrenica, las posibilidades de encontrar nuevos restos se reducen significativamente. Los cuerpos fueron movidos a fosas secundarias en varias ocasiones, por lo que la búsqueda no es fácil. Además, fueron muchos los que murieron huyendo por el bosque en zonas que aún están minadas y donde nadie ha podido entrar todavía. "Ya no nos llaman", se resigna Fadila Mujic, quien en los últimos años ha enterrado a su padre, a su marido y a dos hermanos, pero sigue sin haber podido identificar a su suegra. Selima Merjemic todavía hoy espera recibir noticias de su marido: "Si tuviera un solo hueso, lo enterraría inmediatamente. No quiero tener que esperar más".Este año han sido 136 los exhumados, 9 de los cuales eran menores.

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