El pasado 5 de diciembre Democracy Now! celebró su 20 aniversario en
la histórica iglesia de Riverside de la ciudad de Nueva York. Entre los
que hablaron ante los más de dos mil asistentes estaba el reconocido
disidente político, lingüista y escritor Noam Chomsky. Chomsky se
refirió a las dos amenazas más peligrosas que la especie humana enfrenta
en la actualidad, la posibilidad de una guerra nuclear y la destrucción
acelerada provocada por el cambio climático que generamos los seres
humanos.
Solo me gustaría comenzar hablando sobre el privilegio y honor que suponen participar en la celebración del notable éxito que Democracy Now!
ha obtenido en todos estos años, y en particular, por los asombrosos
logros de Amy Goodman, Juan González y sus colegas; que nos muestran lo
que debemos hacer para aspirar a una “democracia ya”. Será una larga
lucha. Y de nuevo, es un enorme placer, no solo compartir esta ocasión
con gente como Harry Belafonte, a quien admiro, y quien ha estado a la
vanguardia de esta lucha interminable durante estos difíciles años.
Quiero
dirigir unas palabras en especial a los jóvenes que se encuentran
dentro del público: Ustedes enfrentarán problemas que no han surgido en
más de 200.000 años de historia de la humanidad. Serán problemas
difíciles y exigentes. Se trata de una carga que no se puede ignorar. Y
todos nosotros, pero sobre todo ustedes en particular, tendrán que
luchar fuertemente para salvar a la especie humana de un destino
sombrío.
Los resultados de las elecciones nos sorprendieron a mi
esposa y a mi en Europa. Aquél fatídico 8 de noviembre estábamos en
Barcelona, viendo los resultados. Lo que ocurrió me impactó
personalmente. El primer artículo que escribí, hasta donde puedo
recordar, fue en febrero de 1939, y trataba sobre la caída de Barcelona
ante las fuerzas fascistas de Franco. Dicho artículo, que estoy seguro
no fue muy memorable trataba de la propagación, aparentemente
inexorable, del fascismo en Europa y probablemente alrededor del mundo.
Soy lo suficientemente viejo como para haber escuchado los discursos de
Hitler [en] las marchas de Nuremberg, y aunque no pude entender ni una
palabra, el tono y la reacción de la multitud me dejaron recuerdos
imborrables. De modo que los resultados me despertaron recuerdos muy
desagradables, en especial por lo que está sucediendo actualmente en
Europa, que también es bastante alarmante.
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