Cuando se habla de Siria suele haber dos versiones. O bien es “sencillísimo” y estamos muy bien informados. Entonces, tenemos que
creer a los medios cuando nos dicen: “Estados Unidos quiere llevar la
democracia a Siria” ¿De verdad? ¿Será con la ayuda de Arabia Saudí y de
Qatar?
¿Te cabe alguna duda, lector? Existe una segunda versión:
“Estados Unidos nos protege contra las armas de destrucción masiva” ¿De
verdad? ¿A pesar de ser el país que más las ha usado? Armas nucleares
sobre Hiroshima, napalm en Corea, en Camboya y en Vietnam, armas
biológicas contra Cuba, uranio empobrecido, minas antipersonas y bombas
de fragmentación por casi todas partes. Y no hablemos de las doscientas
cabezas nucleares entregadas a Israel.
¿Sigues sin estar
convencido? Tercera variante: “Estados Unidos combate el terrorismo”.
¿De verdad? ¿Armando a Ben Laden contra Afganistán, luego a una sección
de Al-Qaeda contra Libia y por fin a Al-Nusra y al Daesh contra Siria?
¿Organizando atentados con bombas en aviones y hoteles cubanos y a
continuación dando protección a los autores de esos atentados, bien
cobijados en Florida, y acabando por encarcelar de por vida a los “Cinco
Cubanos de Miami”, esos cinco agentes del contraespionaje cubano
encargados de impedir nuevos atentados? Y éstas sólo son unas pocas de
las tantas proezas de esa CIA tan “demócrata”…
O bien, entonces,
nos explican que todo eso resulta “demasiado complicado de entender
para vosotros”. Vosotros, el público, no sois capaces de ver claro en
esa maraña de líos y en ese caos que son Iraq, Libia, Siria y etcétera.
¡Dejad todo eso para los “expertos”!
¿Y si lo que pasa fuera que
algunos tienen interés en que no entendamos nada y que, desanimados,
demos por imposible tratar de entenderlo? Eso es lo que afirman Grégoire
Lalieu y Mohamed Hassan en este libro. Y lo van a demostrar.
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