Cuando el ex presidente Juan Manuel Santos anunció la firma del 
acuerdo de paz con las FARC, Colombia y el resto del mundo sintió un 
alivio.
Las grandes empresas mediáticas difundían que “por fin 
llegaba la paz al país”, porque la guerrilla al entregar sus armas, 
¡todo se pacificaría! Hoy la realidad nos muestra que no es suficiente 
el desarme de la guerrilla para sacar la violencia de la política, 
porque seguimos inmersos en la oleada de 70 años de violencia, y lo que 
es peor, esta se ha incrementado.
Ha quedado patente que la sociedad colombiana sigue agobiada por tres violencias:
La
 mayoritaria producto de la crisis humanitaria desprendida del 
capitalismo neoliberal, que produce la llamada delincuencia común.
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