El artículo de Clara Ramas que comentamos aquí se titula Ocho claves para el patriotismo democrático que viene.
Este artículo se integra dentro del esfuerzo de la dirección de grupos
políticos populistas como Podemos por dar nueva legitimidad y lustre al
término “patria”. Para ello se ha venido proponiendo que ese término
adquiera, además de la tonalidad afectiva que ya añade a la idea de
nación, contenidos progresistas, sociales y emancipatorios siguiendo el
ejemplo de los populismos de izquierda de América Latina. El problema
que se plantea con este término en España es triple: 1) por un lado, a
diferencia de los países de América Latina, España no es un país
ex-colonial sino un antiguo imperio, por lo cual la apelación a la
patria tiene más una tonalidad de dominación que de emancipación; 2) a
diferencia de Francia, que fundó con la Revolución una nueva nación
teóricamente igualitaria, democrática y unitaria sobre los restos de los
“países” en los que reinaba la monarquía absoluta, en España no triunfó
revolución alguna, sino una de las más sanguinarias
contrarrevoluciones, la dirigida por el general Franco, por lo cual las
apelaciones a la patria son indisociables del Estado y de los lemas de
sus aparatos represivos como la Guardia Civil, la Legión u otros cuerpos
e institutos armados; 3) por último, el término patria es de difícil
manejo en un contexto como el español en el que la pluralidad de
nacionalidades y lenguas hace imposible una identificación sentimental
universal y exclusiva como la que reclama para sí el significante
patria.
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