La semana pasada, cuando la designación de Brett Kavanaugh –el elegido
del presidente Donald Trump para ocupar un cargo en la Corte Suprema de
Estados Unidos– parecía estar llegando a una polémica conclusión,
ocurrió un extraordinario encuentro que fue transmitido en vivo por
televisión. Dos mujeres se enfrentaron a un senador y cambiaron el curso
de la historia. El senador republicano de Arizona Jeff Flake acababa de
publicar que pensaba votar a favor de Kavanaugh, quien está acusado de
varios cargos de agresión sexual. Ana María Archila y Maria Gallagher,
que se encontraban en un edificio del Senado participando de una
movilización masiva contra la nominación de Kavanaugh, notaron que Flake
se dirigía apresuradamente a un ascensor exclusivo para senadores.
Cuando entró, trabaron la puerta del ascensor y enfrentaron a Flake. Le
explicaron que eran sobrevivientes de agresión sexual. Poco después,
Flake emitió su voto a favor en el Comité Judicial del Senado, pero
condicionó su apoyo con las siguientes palabras: “Sería apropiado
demorar la votación en el pleno del Senado, por no más una semana, para
permitir una investigación del FBI”.
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