Un cartel de campaña para el
primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Bnei Brak, Israel, el 17
de septiembre de 2019. Oded Balilty | AP
A medida que se acumula el polvo de las recientes elecciones en el
apartheid de Israel, comienza el regateo que determinará cuál de los dos
criminales de guerra terminará liderando el Estado racista y brutal
como primer ministro.
Hay dos enfoques distintos y
diametralmente opuestos para ver las elecciones israelíes: uno que se
centra en la realidad y otro que se centra en el chisme. La realidad
trata de que Israel es un perpetrador de terrorismo y destrucción en
Palestina durante más de siete décadas. Los dos hombres que ahora
compiten por el asiento del primer ministro son responsables de gran
parte del terror y la destrucción y no es improbable que algún día se
sienten uno al lado del otro como acusados ante un tribunal de
crímenes de guerra.
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