Habituala su tradición, la ultraderecha aprovecha de manera oportunista cada
espacio posible para lanzar sus amenazas vestidas de advertencia
escritas en marasmo literario, o, dicho de otra forma, el veneno que
les corre por la sangre rebosa los cenáculos en los que se sientan
creyéndose dueños del mundo y la verdad, sírvase quien lo dude de
revisar la historia y observar el papel de los intelectuales y
opinólogos del oscurantismo-conservador, para caer en cuentas de lo
dicho, y, alcance como siempre, con un botón de muestra. En días
pasados desde Madrid, la Fundación Internacional para la Libertad,
presidida por Mario Vargas Llosa, lanzó uno de sus ya conocidos
Manifiestos, en esta ocasión, encabezado con el sugerente título
“Que la pandemia no sea un pretexto para el autoritarismo”.
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