Alcomenzar el mes santo de ayuno del Ramadán, el brote de coronavirus en Israel y
los territorios palestinos está demostrando lo inevitablemente entrelazadas que
están las vidas de las dos poblaciones, a la vez que subraya las extremas
diferencias de poder entre ellas.
Si bien hasta ahora 15.000 israelíes han dado
positivo en las pruebas de Covid-19, las cifras de infectados en los
territorios ocupados se siguen midiendo en centenares, aunque eso refleja en
parte las dificultades que tiene la población palestina para hacerse las
pruebas. La Autoridad Palestina tiene una escasez desesperada de equipamiento,
incluidos los kits de pruebas para hacer frente al virus.
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