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sexta-feira, 25 de março de 2016

¿Fascismo en EEUU?

Durante más de veinte años viví bajo un Estado fascista liderado por el General Franco en España. Como consecuencia conozco bien qué es el fascismo, y puedo reconocer a un fascista cuando lo veo. Y el candidato republicano Trump en EEUU es uno de ellos. Pero para definir a alguien como fascista se tienen que definir antes las características de la ideología fascista.

El fascismo se caracteriza por un nacionalismo exacerbado, de tipo imperialista, con bases racistas, profundamente antidemocrático, con un canto a la fuerza militar que debe aplicarse para defender la “pureza de la patria” frente a grupos étnicos, culturales, políticos o religiosos que la contaminan y que deben ser destruidos, proceso de destrucción que debe realizarse como condición para alcanzar una nueva sociedad que recupere la grandeza que en su día tuvo el país, mediante el surgimiento de un movimiento dirigido por un personaje que se presenta dotado provisto de unas dotes sobrehumanas, al cual se le debe obediencia y lealtad absoluta, líder que llevará a las personas a este futuro prometido.

¿Están estas características en el discurso de Trump?

Cada una de estas características aparecen en la ideología en la que se basan los discursos del Sr. Trump y los de sus colaboradores cercanos. Ni que decir tiene que la expresión de tal ideología fascista es distinta según el contexto y el país en el que vive el personaje portador de dicha ideología. En este aspecto, el Sr. Trump es la versión estadounidense de tal fascismo. Es, en otras palabras, la versión norteamericana del partido francés fundado por Le Pen. Veamos, pues, los datos que confirman la adscripción de tal personaje a la categoría del fascismo.

Tal individuo profesa un nacionalismo extremo, considerando EEUU como un país excepcional en la historia de la humanidad, superior a todos los demás, lo que justifica su liderazgo mundial, imponiendo su voluntad por la fuerza militar, la cual debe utilizarse sin ningún freno. Constantemente hace referencia al bombardeo y destrucción de sus enemigos, categoría que abarca un enorme abanico de países y movimientos. En este canto a la fuerza militar expresa una “hombría” profundamente machista, antimujer y antifeminista, valorando a la mujer como un apéndice del hombre. Trump considera el país amenazado por inmigrantes, grupos étnicos, religiones y razas que, de no pararlos, pueden llegar a destruirlo. Quiere, por ejemplo, prohibir la entrada de musulmanes a EEUU, exigiendo una identificación (carnet especial que la persona lleve consigo para identificarse) a cada musulmán que esté ya en el país, sea o no nacido en EEUU. Así, la comunidad musulmana debe estar vigilada y controlada. El Sr. Trump es profundamente racista, hasta tal punto que no se ha distanciado de los grupos blancos súper-racistas, como el Ku Klux Klan, conocido históricamente por su persecución y linchamiento a afroamericanos en el sur de EEUU. Considera también a los inmigrantes (sobre todo a los latinos) como responsables del deterioro moral del país (responsabilizándolos de los mayores dramas de la sociedad estadunidense, desde la distribución de las drogas al crimen callejero en las ciudades).

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