Cinco años después de la mayor filtración de documentos secretos de
la historia, Edward Snowden no se arrepiente de nada. Estados Unidos lo
tiene en la lista de personas más buscadas. Vive exiliado en Rusia. Sin
embargo, se siente satisfecho con la forma en que sus revelaciones sobre
vigilancia masiva han sacudido a gobiernos, agencias de inteligencia y
las mayores empresas de internet.
En una entrevista telefónica con motivo del aniversario del día en que The Guardian publicó la noticia por primera vez,
Snowden recuerda aquel día en que su mundo –y el de muchos otros en el
planeta– cambió para siempre. Se fue a dormir en un hotel en Hong Kong
y, cuando se despertó, la noticia de que la Agencia Nacional de
Seguridad (NSA) había estado absorbiendo los datos de millones de
móviles estadounidenses llevaba horas en los titulares.
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