Creer o no creer. En tiempos del dios dinero, como diría Francisco, el 
ser o no ser de un país de la eurozona es cuestión de confianza y 
credibilidad en los mercados. O mejor: lo era, puesto que ahora comienza
 a haber fieles que han dejado de creer en ellos y tan solo dan valor a 
sus líderes, humana encarnación del sagrado Pueblo. Italia vive una 
crisis de fe política. ¿En qué creer: en Italia o en la UE? ¿En las 
instituciones o en la democracia participativa? ¿En los mercados o en el
 pueblo? Solo cabe resolver estas dicotomías confesándose en las urnas. 
Vamos de cráneo a nuevas elecciones. Hoy dicen que serán el 29 de julio.
 Mañana quién sabe. Deprisa, deprisa, en Italia se está –como desde 
siempre– escribiendo la historia.
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