A través de las modernas lentes geopolíticas de la conveniencia
categórica occidental, los países del mundo se adscriben invariablemente
a una religión, o al menos se identifican por las creencias religiosas
de la mayoría de su población. De ahí que se utilicen términos como
“mundo musulmán” o “mundo islámico” para describir aquellos territorios
donde impera el Corán, se venera a Mahoma y se identifica a la Sharia
[ley islámica] como máxima ley. Apenas se considera la variedad
existente entre dichas culturas y dentro de cada una de ellas: la
diversidad de modelos políticos, sistemas económicos, costumbres
sociales, diferencias religiosas o distintas prácticas de la Sharia. Un
musulmán es un musulmán y nada más que un musulmán, y sus países
constituyen “el mundo islámico” porque en diversas etapas de la historia
proyectaron un cierto poder musulmán, razón por la cual hoy son
asociados a la misión de Mahoma, que es el establecimiento del Califato.
Simple y llanamente.
Sem comentários:
Enviar um comentário