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sábado, 25 de março de 2017

Las niñas de Guatemala

Estaban hacinados. Eran 807 niños y jóvenes en noviembre. Vivían en San José Pinula, en las afuera de ciudad de Guatemala. El Hogar Seguro Virgen de la Asunción es una combinación de prisión, orfanato y albergue, y solo caben 400 personas. No es un centro de acogida como se esperaría, y su funcionamiento se asemeja a las correccionales del siglo XIX que, al no considerar a los niños como seres humanos plenos, reducían sus cuidados a lo mínimo y se concentraban en el castigo.

Las pequeñas, desprotegidas y abandonadas. En la historia de la pobreza y la indigencia, en donde los niños son maltratados por los Estados, las niñas viven en un estado particular de indefensión que las expone a la muerte, o a una vida más aterradora que la muerte. Tras un incendio en este albergue, hasta la madrugada del domingo 12, cuando escribo esto, han fallecido 42 niñas calcinadas o quemadas. Nómada, medio digital de Guatemala, describió así a la población del hogar en este texto: “Algunos fueron reclutados por las pandillas para el robo, la extorsión o el asesinato. Otros cometieron la insolencia de pertenecer a una familia que los abandonó a la calle, a un padre que les pegaba hasta que un vecino llamó a la policía.

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