Si esencia y apariencia coincidieran, sería innecesaria la ciencia. Y no
traemos el apotegma de Marx por mero regusto filosófico. Se trata de
que algún que otro incauto recuerde, o sepa, que la verdad anida fuera
de un mundo ilusorio. Pero yendo más a “ras de suelo”, ¿qué pretende con
respecto a Cuba Donald Trump?
Ese que, conforme a ciertos
analistas, desde hace unos meses parece (aparenta, ¿no?) haber entibiado
su impulso destructivo de las relaciones, algo recompuestas por Barack
Obama para conseguir con la zanahoria, infructuosamente, lo imposible de
alcanzar con el madero enhiesto. Como alguien ha observado, no se han
producido nuevos hostigamientos graves, la farsa de los "ataques
sónicos" se congeló oficialmente y se están retomando los encuentros y
las negociaciones puntuales anteriores al presente mandato.
¿Arreglo? ¿Tregua temporal? ¿Nuevo modus vivendi?
¿O en sí exigencias de hechos -y aquí entramos en el orbe de las
esencias, la verdad buscada y aprehendida, la ciencia- como que
gobiernos tales el de Canadá y de América Latina en pleno se ayunten a
favor de la normalización del comercio y la colaboración con la Isla, y
que la Unión Europea avance en el Acuerdo de Diálogo Político y la
Cooperación bilateral con La Habana?
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