La Administración Civil de Israel informó recientemente a decenas de
 organizaciones conjuntas de paz de israelíes y palestinos de que 
revocarán retroactivamente los permisos de entrada a los 
activistas palestinos que deban pasar de Cisjordania a Israel. 
 
El cambio afectará a activistas palestinos veteranos, muchos de los 
cuales trabajan e incluso gestionan las organizaciones de paz junto a 
sus homólogos israelíes y que han dirigido talleres sobre la paz, la 
reconciliación y el diálogo en Israel durante muchos años. 
 A principios de enero el teniente coronel Eyal Zeevi de la Administración Civil actualizó la ONG Foro para la paz,
 que incluye docenas de organizaciones israelíes por la paz que abogan 
por el cambio en la política. Hasta ese momento los activistas 
palestinos que pertenecen a estos grupos usarían los permisos de entrada
 renovables cada tres meses, que se puede renovar cuatro veces al año. 
 La Administración Civil -que a pesar de su nombre es el brazo militar que administra muchos aspectos de la vida cotidiana
 de los palestinos que viven en los territorios ocupados- se encarga de 
la emisión de permisos de entrada. Como parte del cambio político, la 
estancia de los palestinos se limitará a 180 días por año, no podrán de 
entrar en el país durante la primera semana siguiente al mes en el que 
entraron y no podrá apelar una solicitud de permiso que fue rechazada 
por razones relacionadas con la seguridad. 
 Los grupos de paz se
 quedaron sorprendidos no sólo por el cambio en la política, sino por la
 decisión de aplicar retroactivamente la restricción de 180 días, lo que
 impide a los militantes palestinos recibir nuevos permisos de entrada 
para el mismo año. La decisión ha llevado a estos grupos a cancelar 
decenas de talleres, eventos, charlas y grupos de diálogo previstos para
 enero y febrero. 
 Las reuniones de los integrantes, que 
generalmente tienen lugar en Israel o en Cisjordania, ahora solo pueden 
tener lugar en este último. Vale la pena mencionar que los israelíes 
pueden entrar en las ciudades palestinas y que los talleres de paz y 
diálogo para las personas de todas las edades continúan en el lado 
palestino. 
 "El objetivo de estas reuniones, en programas 
académicos para las escuelas en los últimos años, por ejemplo, se hacen 
reuniones conjuntas y es donde, precisamente, se dificultan nuestras 
actividades por esta decisión", dice Uri Ben Assa, de Combatientes por 
la Paz. "Nuestras reuniones incluyen a un israelí y a un palestino que 
cuentan sus historias personales. El palestino describe la forma en que 
solía ser parte del ciclo de la violencia -algunos de nuestros 
militantes palestinos han estado en prisión- y cómo llegó a la 
conclusión de que la violencia no es el camino y que quiere lograr sus 
derechos de manera no violenta. Los jóvenes israelíes hacen preguntas 
difíciles, lo cual es bueno, así como al recibir respuestas directas y 
honestas se obtiene otra perspectiva de la situación. 
 "Si por 
lo general tenemos 10 palestinos que hablan hebreo y fueron capaces de 
obtener los permisos de entrada, ahora todo el trabajo recae sobre una o
 dos personas de Jerusalén. Nos vemos obligados a cancelar nuestros 
eventos". 
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