Palestina está cada vez menos presente en la conciencia árabe, cuando
menos en los ámbitos oficial y mediático. Durante años la discusión ha
virado hacia otra partes, hacia otras zonas y otras preocupaciones
diferentes debido a que “la cuestión de Palestina” ya no impulsa las
alianzas regionales árabes.
Tanto si se culpa de ello a las
llamadas Primaveras Árabes como si se explica en el contexto de la
rivalidad regional, los hechos no se pueden negar, ni siquiera se pueden
ignorar. “Palestina ya no es el punto principal de la agenda de la
mayoría de los intelectuales árabes”, me dijo recientemente un querido
amigo saudí y escritor respetado. “Pero los pocos para quienes sigue
siéndolo, seguiremos luchando por Palestina”, insistió.
Esta
afirmación confirmaba mi propia lectura y la de muchas otras personas
referente a la importancia cada vez menor de Palestina en el discurso
político árabe actual. Lo peculiar es que aunque Palestina ha quedado
relegada al final de la lista, ahora atestada de guerras y conflictos en
Siria, Libia, Yemen y por todas partes, de hecho sigue siendo la
principal condición previa para la paz y la estabilidad en la zona.
Esta
paz y estabilidad no es meramente un imperativo moral para acabar con
décadas de colonialismo y ocupación militar israelíes, sino que Israel
ha demostrado ser la amenaza más común para la zona. Su pasado y su
presente están llenos de ataques militares, ocupación e intervenciones
constantes en los asuntos ajenos. Por lo tanto, “la cuestión de
Palestina” de hecho es “la cuestión de la paz” también en toda la zona
de Oriente Próximo.
Pero, ¿cómo hemos llegado a esto, al punto en
el que Palestina ya no es el problema principal? ¿Es un problema de la
historia, de la Primavera Árabe o de la rivalidad regional?
Sem comentários:
Enviar um comentário