El 15M le pilló en el despacho de Zapatero. Su consejo al presidente fue que bajara a la calle a dialogar, a escuchar. Vandana Shiva era la única mujer en aquel grupo de asesores. Los demás desaconsejaron rotundamente su propuesta.
En
India las mujeres profesionales y universitarias ya no llevan sari, sin
embargo ella, en medio de su agenda internacional de élite, aun siendo
una intelectual, viste como visten las campesinas más pobres. Es una
mujer menuda con una tremenda confianza en sí misma y en ser la voz de
los vencidos por la industria agrícola mundial.
Han pasado
cuatro décadas desde que empezó a predicar cosas consideradas insólitas
en su tiempo. Ahora, tanto en su país como en el resto del mundo, se la
lee y escucha con fervor en salas abarrotadas de un público que, gracias
a su esfuerzo, ya conoce a la perfección conceptos agrarios y
bioéticos, de soberanía alimentaria, de justicia social y, sobre todo,
de justicia ambiental.
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