La fuga del rey Juan Carlos deja huérfanos y sin
argumentos serios -si es que alguna vez los tuvieron- a los
“republicanos” vergonzantes, ayer “juancarlistas” hoy devenidos en
“felipistas”.
El rey Borbón, entronizado por un dictador genocida, padre del actual
rey Felipe VI y nieto de Alfonso XIII, asediado por su gigantesca
oleada de escándalos, ha huido de nuestro país.
No
es la primera vez, ni seguramente la última, que un rey Borbón
abandona precipitadamente España.
Es
conveniente aclarar que no es lo mismo fugarse al extranjero por ser
un presunto ladrón, que tener que exiliarse por haber luchado contra
un golpe militar y una dictadura franquista. Esa fue la situación
dramática de muchos republicanos españoles.
La
prudencia política más elemental sugiere la necesidad de iniciar un
debate inmediato para llevar a cabo, de forma pacífica y ordenada,
la nulidad jurídica de la monarquía, la proclamación de la
Republica y el inicio del correspondiente proceso constituyente, con
garantías democráticas plenas.
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