Hemos venido observando un deterioro continuado de las
relaciones entre China y los Estados Unidos y, evidentemente, la
pugnacidad proviene de los personeros de la actual Administración Trump,
pero sostengo que ese enfriamiento corresponde a una cierta visión
sobre el papel de China, cuando Estados Unidos está en una fase de
declive y el país […]
Hemos
venido observando un deterioro continuado de las relaciones entre
China y los Estados Unidos y, evidentemente, la pugnacidad proviene
de los personeros de la actual Administración Trump, pero sostengo
que ese enfriamiento corresponde a una cierta visión sobre el papel
de China, cuando Estados Unidos está en una fase de declive y el
país asiático comienza a descollar, con fuerza, en sectores
preocupantes para el liderazgo de la potencia norteamericana:
financiero, tecnológico, en la quántica y en un posicionamiento más
audaz en el campo internacional. No obstante, el presidente Trump
utiliza el momento electoral con fines muy precisos y sus
funcionarios aumentan la retórica contra China.
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